Para gasear el agua Perrier, el Special One se sumerge en una cuba de un millón de litros de agua durante unos treinta segundos.

La defensa del Special One es tan perfecta que, tras su paso por Italia, los transalpinos consideran el catenaccio una táctica ofensiva.

El Special One no tiene suerte. Se llama "divina providencia".

Cuando alguien se da de alta en Facebook se convierte en fan del Special One automáticamente ya que no hay nadie que no lo sea.

La enfermería del Real Madrid ha sido reconvertida en cocina. Cuando se precisa curar a alguien, basta con que el Special One le imponga sus manos.

El Special One nunca ha sido "el hombre del año" de la revista Times porque cada día es "el hombre del día".

El Special One en el Facebook no recibe solicitudes de amistad, recibe solicitudes de gracia.

Después de haber marcado el trigésimo primer gol con el pie, el Special One fue descalificado de por vida de las competiciones de waterpolo.

Nada sucede si el Special One no lo desea.

El Special One ha declarado que, tras haber vencido la Premier League, el Scudetto y la Champions League, ahora quiere también ganar la Liga, la Bundesliga y la Europa League. Simultáneamente.

Cuando la muchedumbre gritó "Barrabás Libre", el Special One lo puso de delantero.

El Special One no entiende una única cosa del fútbol: todos esos cámaras que filman el terreno de juego y no a él.

El Special One cada vez que tiene que ir al estadio se pierde porque los caminos del Special One son infinitos.

El Special One tiene la prueba que "La Mano de Dios" de Maradona contra Inglaterra fue un gol perfectamente válido: el Special One jamás le ha dado la mano a Maradona.

El Special One se suicida sólo los miércoles, así le da tiempo a resucitar el domingo.

Gracias a las anotaciones que hace sobre su libreta en cada partido, el Special One opta a ganar el Nobel de Literatura.

El día del apocalipsis, las legiones de ángeles se alinearán con el 4-3-3.

El Special One no ha visto nunca el Everest. Jamás se mueve de casa por cosas más pequeñas que él.

El Special One dijo que en Italia no se sentía como en casa. Para sentirse como en casa, tenía que ir al Vaticano.

Tras su visita a Stonehenge, el Special One declaró un poco enfadado: "¿Quién ha movido las piedras? Yo no las puse así".

Para encontrar la llamada "partícula de Dios", un equipo del CERN está trabajando con el acelerador nuclear. Otro equipo está estudiando un trozo de caspa del Special One.

El Special One nunca ganó la Champions League con el Chelsea sólo porque el día fijado para la final lo tenía reservado para ir a los UVA.

Cuando juega la selección inglesa y se oye el himno "God Save the Queen", el Special One piensa: "Con todo lo que tengo que hacer. ¡Qué se las apañe solita!".

Estando de vacaciones en Portugal, el Special One, insatisfecho por la temperatura del Océano Atlántico, lo sustituyó por el Índico.

Cansado de descansar el séptimo día, el Special One decidió que a fútbol se jugara en domingo.

El Special One está tan acostumbrado a hablar usando parábolas que a veces, cuando lo entrevistan, se recibe la señal de EuroSport.

El Special One ha perdido 3 partidos en toda la historia: contra Sodoma, Gomorra y Atlántida. Y la cosa no le ha gustado nada.

El Special One se llama José porque Jesús ya estaba cogido.

El éxito no ha cambiado al Special One: él sigue siendo aquel modesto chico de Nazaret al que todos conocen.

El Special One se ha comprado una casita con balcón. En el Vaticano.

¿Qué es el ego? El Special One que cada uno de nosotros lleva dentro.